Última actualización el mayo 26, 2021
Aunque Milton Friedman originalmente acuñó el término “dinero helicóptero” en 1969, solo se hizo popular alrededor de 2008-2009 debido al uso repetido de la frase por el entonces presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Después de entrar en la conciencia pública, la expresión se convirtió en un pilar del discurso económico moderno. Se refiere a la inyección directa de capital del presupuesto del gobierno central a comunidades e individuos empobrecidos. En efecto, es dinero de regalo que pueden gastar libremente en bienes de consumo por aquellos que, anteriormente, no podían pagarlos.
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La razón por la que vale la pena hablar en este momento en particular es el reciente plan de flexibilización cuantitativa propuesto por el ministro de Finanzas alemán Olaf Scholz para ayudar. Su principal objetivo es que la economía fasiv se hunda en una recesión. Muchos líderes políticos en todo el mundo todavía recuerdan vívidamente las difíciles consecuencias de la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Es por esa razón que prevenir cualquier posible tendencia negativa sugerida por los indicadores macroeconómicos es de alta prioridad para ellos. Los bancos centrales parecen no tener ideas en este momento, por lo que muchos buscan soluciones gubernamentales.
Hasta ahora, hacer que los bancos centrales aumentaran la oferta de dinero a través de la flexibilización cuantitativa parecía ser la única opción viable. En los últimos diez años, el crecimiento económico de la mayoría de los países desarrollados se ha mantenido eficazmente con soporte vital en forma de políticas monetarias del banco central. Ahora incluso eso está resultando insuficiente. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha enfatizado con frecuencia que la compra masiva de bonos corporativos y gubernamentales es un esfuerzo inútil. En parte porque ese dinero no fluye directamente a la economía real, sino a otros activos financieros. En última instancia, esto significa que los bancos centrales no necesariamente tienen las herramientas necesarias para evitar que ocurra otra crisis financiera.
¿Qué es el dinero helicóptero?
Esto nos lleva de vuelta a la idea del dinero helicóptero. El concepto básico es que el gobierno libera bonos que compra el banco central del país. Luego, el gobierno distribuye los beneficios adquiridos de esta manera en forma de beneficios sociales. El objetivo principal de estos beneficios está en los segmentos de la población que no tienen suficientes ingresos disponibles para gastar en bienes de consumo. La idea es que, dar esos fondos a personas en el extremo inferior del espectro de ingresos, hace que sea más probable que termine gastado en lugar de ahorrado. En teoría, ese gasto impulsaría las velas minoristas y, por lo tanto, permitiría que las empresas crecieran. En cierto sentido, esto expande el soporte económico de vida proporcionado por los bancos centrales de compañías justas a la población en general también.
El plan alemán es distribuir 50 mil millones de euros (aproximadamente 55 mil millones de dólares estadounidenses) entre la población. Esa cantidad coincide con el superávit presupuestario del gobierno alemán, por lo que redistribuirían dicho excedente entre los consumidores del mercado interno. A primera vista parece una solución sostenible, sin embargo, en la práctica probablemente haría muy poco para detener una recesión real. Esta insuficiencia hace que los políticos exploren las posibilidades de otras opciones de estímulo. Una de estas opciones que ha recibido mucha atención es una actualización del dinero helicóptero que los traders llaman “ingreso básico universal”.
Uno de los principales defensores de esa propuesta es la economista Stephanie Kelton. Ella es reconocida por su trabajo en la teoría monetaria moderna. También es asesora económica de representantes del Congreso y de la Cámara. El concepto de un ingreso básico universal es controvertido en el mejor de los casos y un sueño imposible en el peor. Lamentablemente, la lista de herramientas potenciales para prevenir una recesión es tan corta que el ingreso básico universal todavía no se ha descartado por completo.
Alternativas del dinero helicóptero
El rápido desarrollo tecnológico también podría presentar una posible alternativa. La creciente popularidad y la difusión de los sistemas basados en la cadena de bloques y las monedas digitales no solo han llamado la atención de los bancos y las grandes corporaciones. Muchas personas en puestos de poder gubernamental también se están dando cuenta. China es uno de los países que examina de cerca la posibilidad de introducir una moneda digital nacional. Esto es relevante para el concepto de dinero helicóptero. Si uno quisiera hacer una sugerencia seria para el ingreso básico universal, una opción para darse cuenta sería una solución digital en lugar de moneda real. En teoría, esta versión es teóricamente implementable sin los problemas obvios de flujo de efectivo que el plan sufriría de otra manera. La liberación de una moneda digital también podría mantener el costo del financiamiento de la deuda nacional en un nivel manejable. En teoría tiene un menor riesgo de inflar la moneda nacional. La inflación también plantea el riesgo de devaluar los ahorros.
Otras soluciones
Todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que tal propuesta esté remotamente lista para su consideración. Hasta entonces, todo lo que los líderes políticos aún tienen son los métodos clásicos de prevención de la recesión. El presidente Trump, por ejemplo, sugirió anteriormente reducir los impuestos sobre la nómina. Mientras tanto, Alemania anunció que planean reducir los impuestos corporativos. Japón también tiene otra solución alternativa que casi podría considerarse un sistema híbrido. El Banco de Japón apoya el gasto gubernamental con su compra constante de bonos del gobierno como un medio para inyectar liquidez.
En la práctica, su solución es un sistema de estímulo económico centralizado junto con una tasa de interés base negativa, lo que significa que los bonos del gobierno realmente pagan menos dinero al vencimiento de lo que se compraron. Esto les ayuda a mantener baja la inflación y también significa que la deuda pública es del 240% del PIB. Según las teorías económicas convencionales, Japón es un país al borde de la bancarrota, sin embargo, ese no parece ser el caso en realidad.
¿Deberíamos comenzar a prepararnos para un nuevo sistema económico y político en el que los bonos del gobierno no son la base para una inversión segura? ¿Un mundo donde las tasas de interés comienzan con un signo negativo y los bancos centrales nos animan a gastar imprimiendo dinero sin cesar? El tiempo lo dirá.